Cuando estuve en Paris, una compañera de trabajo y yo hacíamos campeonatos de magdalenas, bueno yo las cocinaba y ella decía que las suyas eran mejores. Yo me empeñaba en conseguir una mezcla perfecta entre la magdalena española y la madeleine francesa y así nació esta receta.
Lo que de verdad quería era que se parecieran a las de Stéphane Jego, el chef del restaurante L’Ami Jean. Las daba después del postre en un cuenco, recién hechas, crujientes por fuera y muy tiernas por dentro. Las más ricas que he probado.
- 225 g de harina
- 175 g de azúcar
- 100 g de mantequilla
- 1 paquete de levadura química
- 4 huevos
- ralladura de limón
- 1 pizca de sal
Hay que batir los huevos y el azúcar hasta que éste no se vea, añadir la harina tamizada con la levadura, el pellizco de sal y la ralladura de limón. Después mezclar con la mantequilla fundida.
Enmantequillar los moldes, yo tengo uno de silicona, y rellenarlos con la ayuda de una cucharilla o de una manga pastelera, dejarlas reposar unos 20 min.
Meterlos en el horno, ya precalentado, a 220ºC durante 8 minutos más o menos.
Dejarlas enfriar antes de desmoldarlas y luego a disfrutarlas con un café crème.